Ignoramos si los protagonistas de esta tropelía son unos simples desaprensivos que han robado los almendros para replantarlos en otro lugar y ahorrarse los míseros 10 euros que cuesta cada plantón, o los autores se tratan de individuos que no simpatizan demasiado con la ideología verde y son capaces de llegar a estos extremos con tal de fastidiar los actos del partido en la localidad.
En cualquier caso esperamos que los almendros hayan sido repoblados en otro lugar y puedan disfrutar de una vida larga aunque no sea en el emblemático parque de Puerto Real.