Hace unos días denunciábamos las obras de la Universidad Popular porque se estaban eternizando, su plazo de ejecución era de tres meses y vamos ya casi por ocho.
En esa misma nota de prensa también avisábamos de la peligrosidad del equipamiento instalado, de hierro macizo.
Hoy, a estas críticas, hay que sumar, sin entrar en lo horrorosa que está quedando, el estado en el que se encuentra la plaza dos días después de que hayan cesado las lluvias.
En la imagen se pueden observar todos los hechos denunciados: la tela metálica, señal de que la obra aún no está finalizada; las jardineras, parterres y papeleras de hierro sin recubrir (sin hablar de la cantidad excesiva que se han instalado de estos elementos, que hacen que la plaza parezca un almacén); y el agua estancada.